Alejandro': tan antiguo, tan nuevo

Alejandro es un nombre de origen griego (Alexandros) que tiene su equivalente en la mayoría de los idiomas de origen europeo.

Alejandro tiene además un bonito significado: protector o salvador del hombre.

Hace casi tres milenios que los primeros 'Alejandros' partieron de Grecia y establecieron colonias a lo largo de toda la cuenca del Mediterráneo, siguiendo el rastro que poco antes habían establecido los fenicios, llevando como ellos por bandera los dos grandes cultivos de la civilización mediterránea, la vid y el olivo.

Fueron precisamente los fenicios los fundadores de Cádiz (Gadir), puerto a través del cual comenzó la comercialización de los primeros precedentes de vino producido en la comarca de Jerez (por entonces Xera) de los que hay constancia, hace ni más ni menos que 3.000 años. Los griegos no fundaron la ciudad, pero tuvieron relaciones comerciales con ella a lo largo de siglos, como recoge el historiador Herodoto.
¿Hubo algún Alexandros que decidió quedarse en la comarca, elaborar sus propios vinos y luego comerciar con ellos, bien en la zona, bien con la metrópoli? Bueno, esta 'pequeña historia' no es tan segura como que en el siglo IV a.c. un joven Alejandro Magno se lanzó a la conquista del Imperio Persa, pero parece muy probable. Al fin y al cabo, Alejandro, Alexander, Alexandre o Alessandro es un nombre estupendo para el vino, igual que a lo largo de los siglos lo ha sido para la literatura (Pushkin, Dumas), la arquitectura (Eiffel) o la ciencia (Fleming, Bell).

Ahora, en 2011, Aecovi apuesta por 'Alejandro' para su gama de vinos de Jerez. Un nombre clásico para una nueva idea… con la que seguir "protegiendo a los hombres" con un vino que aúna el más estricto respeto al medio ambiente con las técnicas enológicas más avanzadas.

Ventajas para el consumidor

Ventajas para el profesional

ATRIBUTOS

DESCRIPCIÓN UNIDADES DE PEDIDO Y EMBALAJE