Todos los invitados coincidían en algo: pocas fiestas se recuerdan en Barcelona más impresionantes que la de ayer. Y es que Carles Abellán y la celebración de los 10 años de Comerç 24 dan para mucha celebración… El ambiente estaba amenizado por la música de Fede Sardà, propietario de la mítica discoteca Luz de Gas, y por un grupo de bailarinas y payasos que iban metiéndose en la piel de diferentes personajes y mezclándose entre un público muy heterogéneo: desde políticos como Xavier Trias, Katy Carreras o Assumpta Escarp, cocineros como Albert Adrià, Nandu Jubany, Carles Gaig, Mey Hofmann, Carles Telejedor, Jean Louis Neichel, Montse Estruch o Fina Puigdevall, entre otros, y personajes del mundo de la gastronomía como Rosa María Esteva.
El equipo de sala y cocina de Comerç 24, Tapas 24 y Bravo 24 estaba preparado para que todo saliera según el guión previsto: la terraza estaba repleta de bufets de todo tipo de comida y de barras con refrescos, cerveza Moritz y una amplia gama de vinos, cavas y cócteles.
Los buffets contaban con guisos, paellas, carnes a la parrilla, jamón y embutidos, quesos, marisco, ostras, el Huerto de Carles Abellán… mientras que de cocina también iban saliendo otros platos como el Bikini de Jamón, Mozzarella y Trufa, las Croquetas de Jamón Ibérico o las Papelinas de Pescadito Frito. Como en todas las fiestas de cumpleaños, el momento culminante de la noche llegó con el pastel, que solo podía ser obra de una persona, amigo personal de Carles Abellán: Christian Escribà, el pastelero más sorprendente de Barcelona.
Tarta de altos vuelos
Gracias a su filosofía basada en la gestión de las emociones, Escribà cautivó a todos los invitados a través de un pastel volador… Sí, un pastel que vino precedido por un emotivo vídeo dedicado al equipo de Comerç 24, que dio paso a la entrada triunfal en la terraza del pastel. Cubierto por una envoltura de globos de helio y secundado por los cocineros, al llegar delante de Carles Abellán la estructura salió disparada hasta el cielo de la Barceloneta, dejando visible un espectacular pastel con luz propia formado por pequeños postres diferentes.
Un emocionado Carles Abellán aseguró encontrarse en su mejor momento, “un momento de madurez consciente, disfrutando de nuestro trabajo, saboreando el día a día, porque hoy, después de diez años soy consciente de la suerte que tengo de lo que hemos hecho”.
Sin duda alguna, una fiesta para recordar para un restaurante y un cocinero que han marcado un antes y un después en la cocina española.