Según el estudio en los hipermercados y grandes supermercados el porcentaje se eleva al 100%, mientras que en los mercados de abastos disminuye al 10%. El motivo es que estos establecimientos, con marcas de distribuidor, pretenden llegar a otros tipos de clientes con diferentes necesidades en la compra. La distribución concede gran importancia a estos productos.
En una escala de 0 (ninguna importancia) a 10 (mucha importancia) otorgan un 7,3 a la venta de productos con marca blanca en sus establecimientos. El hipermercado es el canal que más importancia le concede (7,7 sobre 10) y el mercado de abastos el que menos (5,5 sobre 10). El grado de implicación del punto de venta en relación con las marcas propias que comercializa varía según el canal de compra. Así el 19,8% de los profesionales que ofrece marca de distribuidor, participa en el proceso de fabricación y elaboración de la marca, el 51,0% compra a terceros y el 29,2% combina ambas opciones, participación en el proceso y compra a terceros. Además, los distribuidores se muestran bastante satisfechos con las empresas que les fabrican sus marcas propias a las que otorgan una puntuación notable de 7,16 sobre 10. El tipo de acuerdo que mantienen con los fabricantes de etiquetas de distribución, en la mayoría de los distribuidores (62,0%) son a medio plazo, y hasta un 85,5% en hipermercados. Solo un 28,5% se rige por acuerdos puntuales y un 9,5% se suscribe a acuerdos a corto plazo.
El estudio ha analizado la situación de las marcas de distribución desde el punto de vista del propio sector, con 1.150 entrevistas a profesionales del sector distribución. Según otro informe realizado por el Ministerio indica que el consumo de este tipo de alimentos ha aumentado, en todos los ámbitos de la distribución, pero especialmente en el caso de la leche y el aceite de oliva.