"Inspiración; lo que me gustaría comer a mi. Eso es lo que creo, lo que intento plasmar en la cocina y ofrecer a nuestros clientes a diario”. Y ese ‘a diario’ son los seis años y medio que el chef Dani Padró lleva al frente de la cocina del Hotel Clarís, dotando de la misma esencia a tres conceptos distintos de restaurantes en los que sencillez y talento se dan la mano.
Situado en la última planta del Hotel Clarís, en el centro de Barcelona, el restaurante La Terraza ha madurado, consolidándose su cocina ante la batuta de Padró. Con dos cocinas y una plantilla que alcanza las 14 personas en verano, gestionar la elaboración de unos menús frescos, vivos y cargados de personalidad es una de las tareas a las que Dani Padró dedica la mayor parte de su tiempo. Para este chef, que completó su carrera al lado de otro grande en el Restaurante Drolma del Hotel Majestic, el producto recibe todas las atenciones en el plato. “El sabor del producto principal es fundamental, que se distinga. Las guarniciones han de acompañar, pero sobre todo la calidad y la materia prima del producto principal deben prevalecer”, matiza Padró. El resultado son platos con color que, aunque sorprendan, tienen que ser fácilmente reconocibles por el cliente, especialmente la esencia primaria del mismo. Los nuevos matices para sus creaciones se plasman en la carta que se modifica cuatro veces al año. “Sí que hay ocasiones en las que el cliente te pide alguna elaboración especial, conociedo ya las posibilidades de nuestro menú”, destaca Padró. ¿Lo más complejo? Conseguir ajustar gente nueva al equipo, una situación en la que la comunicación desempeña un rol fundamental. La evolución del equipamiento de cocina es para este chef un soporte vital que le ha ayudado a hacer una mejor estructura, utilizando especialmente hornos, planchas de todo tipo y emulsiones para salsas. La Terraza dispone de 300 m2 de espacio, con una decoración que cambia de la noche al día y una zona de reservado. “Es un entorno en el que se busca un ambiente agradable, estar cómodo, disfrutar de las vistas y degustar una carta moderna, cuidada en sabores y texturas y elaborada meticulosamente”; por él.