Un showcooking ayuda a desvelar los secretos de esta mítica sal 100% pura
La Sal Maldon, al descubierto
Sal marina y nada más que sal. Eso es la Sal Maldón. Proveniente de los estuarios Blackwater, en el condado de Essex (Inglaterra), la Sal Maldon se caracteriza por su forma y blancura, la naturaleza de sus escamas marinas y su sabor fresco, que la convierten en un placer para los paladares gourmet. Así llevan más de 100 años; fieles a un procedimiento de extración milenario que da como resultado... únicamente sal.
Si hay una característica de la Sal Maldon apreciada por los cocineros y consumidores es que se disuelve en la boca, y potencia los sabores de todo tipo de alimentos, por lo que es el condimento ideal para carnes, pescado, verduras, ensaladas o postres. El chef Javi Estevez, jefe de cocina del restaurante “El Mesón de Doña Filo”, hizo una demostración del poder de la Sal Maldon con un showcooking donde probó cómo queda este condimento milenario sobre platos tan diferentes como pueden ser: Carpaccio de La Finca con Sal Maldon con remolacha y aceite cornicabra; un Tartar de lubina con sal ahumada, cebollino y alioli ligero de arbequina: Foie micuit de Selectos de Castilla con escamas de Sal Maldon con PX y vinagre de Xerez o un Carpaccio de setas con aceite y Sal Maldon negra.
Los característicos cristales de la Sal Maldon es su carta de presentación, aunque cabe destacar su fondo algo dulce, evitando el gusto agrio que se queda en la boca y que muchas veces se asocia a la sal. Así ha ido pasando de generación en generación, trasladando su calidad fuera de las fronteras anglosajonas hasta llegar al resto de Europa e incluso Asia. La Sal Maldon es ese punto gourmet que se añade al final de cada plato o durante su elaboración y que te define. Eso es lo que ha buscado la familia Osborne desde que se implicaran en este proyecto -en 1922-.
La emblemática casa británica Maldon produce desde 1882 la mejor sal marina 100% pura procedente de los estuarios Blackwater, en el condado de Essex (Inglaterra), extrayéndola de manera artesanal siguiendo los métodos que utilizaban los romanos hace más de 2.000 años. La sal Maldon se obtiene siguiendo un delicado proceso que consiste en la filtración del agua de mar recogida directamente del estuario. Desde allí se bombea a unas calderas poco hondas de acero inoxidable en las que se hierve lentamente para que se evapore el agua y los cristales se precipiten al fondo. La sal se recoge a mano en un proceso llamado “drawing the pan” para su posterior secado.
El resultado es la pureza y el placer de la sal.
Redacción FoodAlimentación
14/11/2014